De Cumpleaños, Marc Chagall, 1915

Hace varios años, caí en una biblioteca buscando imágenes sobre vitrales para hacer un video sobre la sinceridad. Así fue como conocí a Marc Chagall, pintor y vitralista ruso que vivió hacia fines del Siglo XIX y principios del Siglo XX; pero ante todo un gran poeta. A partir de ese momento, quise ver todos sus cuadros… Investigar, saber… aprender más de él, para comprender su arte.

Las citas con este artista ruso, digo citas porque volví una y otra vez a la biblioteca y al libro… me emocionaban. Iba siempre con el alma dispuesta al aprendizaje, y es que desde el principio yo sentía una emoción que hasta antes sólo me permitía la musica… en esos momentos su pintura era mi emoción. Era como una explosión de identificación que reforzaba algunas otras cosas en mi,  suelo identificarme con  personajes de los libros, de las operas , de las películas… bahh… con todo lo que me lleve a evadirme de la realidad, pero nunca la luz me había deslumbrado más que las palabras.

Hay un tema recurrente en la obra de Chagall, la relación del amor con el acto de volar. Oliverio Girondo lo tenía  y Eliseo Subiela también lo muestra en esa oda poética en celuloide llamada “El lado oscuro del corazón” . Esas fueron las experiencias anteriores con “volar y amar” que se vieron reforzadas al ver los cuadros de Chagall.

Andando, leyendo y tomando incontables tazas de café, descubrí que hay algo que los une; y ahora ya entiendo y comprendo más, aunque aún no me he saciado. A parte de haber sido relativamete contemporáneos, Girondo escribió un ensayo sobre “Pintura moderna”, en el que hace referencia a Chagall, creo yo que ahí es donde nace esa imagen poética de “los amantes que vuelan”. Y en los cuadros de Chagall que versan en la misma temática, está la fuente inspiradora de Subiela para escenificar, en la película, el acto de “amar volando”.

Entonces me nació a mi una nueva interrogante… Chagall, que parece ser acá la punta del ovillo, era más poeta que pintor? ¿o es que acaso en esencia no existe diferencia entre la poesía y la pintura…?

Hago un ejercicio de comprensión …La poesía  permite tener otra vision, ver sensiblemente el sentido ideal y más allá de lo sensible que hay detrás de la apariencia exterior de las cosas, del mundo. Dicen los teóricos que la fuerza del lenguaje poético está en crear una mirada, una visión, sobre el mundo que traspasa sus límites sensibles.

Entonces.. el pintor es el poeta que logra ver, a través de las imágenes que crea, el sentido ideal invisible que guardan las cosas de la realidad; y por su parte, el poeta es el pintor que dibuja con palabras el sentido trascendente que su uso reflexivo instaura.

Partiendo de eso, se podría pensar que si se quiere cumplir en verdad esta fusión entre el poeta y el pintor es necesario que el pintor levite a las alturas donde se encuentra por naturaleza el poeta. Sólo situándose en esas estancias casi inmateriales del mundo, en el punto imperceptible de su cima, el pintor puede hacer transparente a su visión la totalidad esencial del mundo, exteriorizando la unidad principal que está detrás de la figura dispersa y fragmentada de las cosas.

Así… juntos los dos (poeta y pintor) en ese lugar imaginario logran descubrirnos a nosotros, a los que queremos escuchar o leer sus palabras y contemplar sus imágenes, ese otro lado que siempre nos falta para sentirnos completos.

Es ese ubicarse en la cima lo que lleva a Chagall a concebir el acto de amar de una única manera… volando… Y Girondo lo escribe en un poema del Espantapájaros,

 “soy incapaz de comprender la seducción de una mujer pedestre, y por más empeño que ponga en concebirlo, no me es posible ni tan siquiera imaginar que pueda hacerse el amor más que volando.”

Al comprender esto, ya lo que vino después fue pura curiosidad… ¿qué lleva a Chagall a plasmar esta imagen de la indisoluble relación entre el acto de amar y el acto de volar…? Todos los cuadros de Chagall con imágenes de amantes volando, amantes levitándose.. coinciden en la época en la que Chagall conoce a Bella, la que luego sería su esposa, Bella y Chagall vuelan por los tejados, sobre la ciudad, entre flores, sobre árboles… se aman

Chagall en mi percepción es un artista cálido, su técnica y los colores que usa no te incitan a pensar en el significado, te motivan para observar el cuadro; Lo cierto es que el sueño es realidad en Chagall, sus pinturas reflejan el laberinto de la mayor pasión, en la que nos refugiamos para no sentirnos a la intemperie: El amor. Él se dejo llevar por el vuelo, y lo convirtió en el himno al amor.

Carolina Camacho